23 de noviembre de 2007

El máximo legado fenicio: el alfabeto - parte 2.

De la expresión gráfica de elementos de la vida cotidiana derivan las actuales letras. Como vimos anteriormente, del alfabeto protosinaítico deriva el fenicio, que a su vez influye en el alfabeto griego. Y a su vez, en signos como la G, la N y la O se ve una clara influencia del egipcio antiguo. Nótese la similaridad fonética entre el protosinaítico y el griego.

En el gráfico de abajo, podemos observar - en la primera columna - el signo protosinaítico y - en la segunda - la evolución al alfabeto fenicio. La tercera es la referencia de nuestro alfabeto actual.










A:
alef (protosinaítico) significa buey y es alfa en griego.
B: beth (protosemítico) quiere decir casa. En griego es beta.
C: este signo es una romanización de gimmel (protosinaítico), cuyo significado es camello.
D: daleth (protosemítico) quiere decir puerta y es delta en griego.
E: heh (protosinaítico) representa al sonido de la respiración. Simbolizaba el alma y su equivalente en griego es epsilón.
F: variante fonética de vav (protosemítico) que es uña.
G: gimmel (protosinaítico) es camello. Su forma tiene influencia del egipcio y es gamma en griego.
H: heth (protosemítico) significa cerramiento. En griego es eta.
I: iod (protosinaítica) quiere decir mano y es iota en griego. En la posterior Edad Media se le agregaría el punto.
J: variante de la I.
K:
kad (protosemítico) significa mano pero sin parte del antebrazo. En griego es kappa.
L: lamed (protosinaítico) quiere decir espuela. Lambda es su equivalente en griego.
M: mem (protosinaítico) representa al movimiento del agua y es mi en griego.
N: nun (protosinaítico) significa serpiente y es ni en griego. El jeroglífico egipcio que representa a la serpiente tiene la misma forma.
Ñ: surge en la edad media como la conjunción de gn. Utilizada más que nada en el idioma español.
O: oyn (protosinaítico) quiere decir ojo. Su forma tiene influencia del egipcio y es omicrón en griego.
P: peh (protosinaítico) representa la forma de la boca y en griego es pi.
Q: qof (protosinaítico) significa mono. La cola del signo no es mas que la representación de la cola del mono.
R: rehs (protosinaítico) es cabeza. En griego es ro.
S: shin (protosinaítico) significa diente y es sigma en griego.
T: tau (protosinaítico) quiere decir marca o signo. Tau es su equivalente en griego.
U, V e Y: tienen el mismo origen que la F.
W:
es la simple repetición de la V. Utilizada originalmente en las lenguas germánicas.
X: samekh (protosinaítico) significa soporte y en griego es xi.
Z: za (protosemita) simboliza un puñal y es dseta en griego.

Luego de haber recibido la influencia del alfabeto fenicio, el griego derivaría al alfabeto latino.

Fuente: Etimologías de Chile - http://etimologias.dechile.net

22 de noviembre de 2007

El máximo legado fenicio: el alfabeto - parte 1.

Abriéndose paso en sus galeras trirremos, los Fenicios son recordados como los mejores navegantes de todos los tiempos. Sus barcas llenas de oro, plata, marfil, joyas y demás los llevaron a comerciar por todo el mediterráneo, llegando a competir con la mismísima Roma. Pero nada los hizo tan importantes en la historia como ser los supuestos creadores de un bien cultural que se utiliza actualmente: el alfabeto.

Una de las teorías más conocidas nos dice que fue creado a partir de los jeroglíficos egipcios, a cada uno de los cuales se les estableció un valor fonético concreto. De esta manera nacería la escritura protosinaítica.

A partir de esta escritura, comenzó una larguísima evolución. Hacia el siglo XIII aC. en la región de Palestina, surge un tipo de sistema de escritura que muestra una forma alfabética fenicia, la cual también asociaba valores fonéticos a los signos en cuestión. Veintidos eran estos signos consonánticos del alfabeto fenicio, que se escribían de derecha a izquierda.

Tomando en cuenta los escritos de Heródoto y Plinio el Viejo, fueron los fenicios los que transmitieron su alfabeto (ya con vocales) a los griegos, en cuyos signos se pueden apreciar las antiguas formas fenicias.

20 de noviembre de 2007

De solsticios y equinoccios.

Cuando el sol se sitúa lo más al sur o al norte posible del planeta se produce el solsticio. Dependiendo de la estación en la que se encuentre el punto desde el cual se lo observa, será solsticio de verano o solsticio de invierno. El equinoccio, en cambio, es cuando el astro rey se sitúa en la misma línea del ecuador. De esta manera el día y la noche duran casi exactamente lo mismo.

Pero lo que nos convoca no es la información astronómica (muy útil por cierto) sino de qué manera estas fases solares han influído en las diferentes culturas y civilizaciones antiguas, llevándolas a construir inmensos observatorios y templos de adoración.

Por ejemplo en Europa, luego de los solsticios de invierno - en diciembre - al alargarse la duración del día, se celebraba el triunfo del sol por sobre la oscuridad. Luego, como una forma de terminar con estas festividades paganas, la Iglesia Católica fechó la navidad, el nacimiento de Jesucristo, en esta misma época del año. Sincretismo puro.

Regados por toda Europa podemos encontrar diferentes monumentos megalíticos que podrían llegar a ser antiguos observatorios en los cuales los solsticios y equinoccios tenían total importancia. Tal es el caso de New Grange, en Irlanda, o Stonehenge, en Inglaterra.


También es una fecha muy importante para la civilización china. El solsticio de invierno establece una de las veinticuatro estaciones del calendrio chino. Aún hoy se conmemora el Festival de Invierno.

En mesoamérica, los mayas construyeron observatorios astronómicos que los llevaron a predecir con exactitud infinidad de movimientos celestes. Durante los solsticios y equinoccios, y observando desde la pirámide central de algunos complejos arqueológicos, el sol se posiciona por sobre determinados templos y observatorios.

El Inti Raymi es la ceremonia religiosa inca en honor al dios-sol Inti cuyo centro es la fortaleza de Sacsayhuamán, en Cusco. Esta fiesta se desarolla durante el solsticio de invierno que se da en América del Sur, los 24 de junio de cada año.

Por supuesto, la adoración de estos movimientos del sol por parte de diferentes civilizaciones - muchas separadas por cientos o hasta miles de años y cuyos contactos, en muchos casos, es dudoso - han despertado la atención de los más diversos estudios esotéricos y new age, que toman como punto de partida a alguna hipotética y antiquísima civilización madre de todas las demás, de la cual emergen este tipo de rituales.


Fuentes: Wikipedia - Atlas de Lugares Legendarios (Jennifer Westwood)