31 de enero de 2008

Las ironías de la historia.

En los billetes de la Argentina encontramos una gran dicotomía, representada por el busto de diferentes próceres cuyas hazañas no se condicen con el valor del billete que enmarcan dichos personajes. Si hay alguna razón por la cual esto es así, sinceramente la desconozco.

El billete de $100, el de más valor de la moneda argentina, está representado por Julio Argentino Roca (1843 - 1914), político y militar, que llegó a la presidencia del país en dos ocasiones. Hasta aquí, no hay nada intachable en su persona, si no supiéramos que fue el que dirigió la llamada Campaña del Desierto.

Roca, al frente de un ejército bien armado, sometió a los pueblos mapuches, habitantes de la Patagonia, causando muerte y desolación en los nativos. Los que no murieron, o bien fueron desplazados a zonas periféricas - y aún más áridas - de la Patagonia, o fueron enviados a Buenos Aires, donde terminaron presos o vendidos como servidumbre. También siembra polémica y diferencias el monumento dedicado al general Roca en la ciudad de Bariloche, provincia de Río Negro.

Así y todo, el billete de $5 lo tiene al general José de San Martín, mientras que el de $10 está adornado con el busto de Manuel Belgrano. De más está decir que son recordados como el Padre de la Patria - y Libertador de América - el primero, y como el creador de nuestra bandera, el segundo.

30 de enero de 2008

*Agregado a Junta de Valladolid y derechos de los indios.

Por sugerencia del blogger Arturo Alarcón, autor del blog Amautacuna de Historia y por olvido de quien les escribe, agregaré al anterior post Junta de Valladolid y derechos de los indios, el papel que desempeñó Fray Antonio de Montesinos.

En 1511, el fray dominico predicó en favor de la libertad y la igualdad de los indios, atacando a la encomienda y la esclavitud a la que eran sometidos los nativos por parte de los españoles. De esta manera, toda la orden de frailes dominicos promovió la ofensiva contra la subyugación india. Como resultado, en 1512 se promulgaron las Leyes de Burgos, por las cuales la Corona exigía el buen trato para con los nativos y promovía nuevas maneras de protección de los mismos. Y de esta manera Fray Bartolomé de las Casas se hizo eco de los dichos de Montesinos y decidió abrazar la causa defensora de los indios americanos.

Este es un extracto del sermón de Antonio de Montesinos en Santo Domingo, en 1511: "todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? (...) Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales?"


Fuente: Wikipedia

28 de enero de 2008

Junta de Valladolid y derechos de los indios.

Entre los años 1550 y 1551, se llevó a cabo el célebre debate conocido como la Junta de Valladolid, en la cual se expusieron dos posiciones contrarias acerca de cómo los indios debían ser tratados. Tras esto, se vio sembrada la semilla de los derechos humanos de los indígenas.

Juan Ginés de Sepúlveda justificó la conquista, exponiendo que las conductas antinaturales practicadas por los indígenas (canibalismo, sacrificios humanos) eran meritorias del uso de la fuerza por parte de los conquistadores. También aludió a la conveniencia de los indios de someterse a las huestes españolas y así poder salvar las vidas inocentes de muchos que serían sacrificados a sus falsas deidades.

En la vereda de enfrente se hallaba el fraile dominico Bartolomé de Las Casas, seguidor de las ideas de Francisco de Vitoria, quien afirmaba que los indios no eran seres inferiores, y que debían gozar de los mismos derechos que cualquier otro ser humano, además de ser dueños de sus tierras. También de Las Casas argumentaba el grado de civilización adquirido por los aztecas demostrado en su arquitectura.

En 1542 como consecuencia de la Junta, se promulgaron las Leyes Nuevas. En ellas se prohibía la esclavitud de los indios y se los colocaba bajo la protección de la Corona. A su vez se dispuso que en las expediciones a tierras inexploradas debían participar dos religiosos, que exigirían a los conquistadores un contacto pacífico con los pueblos nativos. Las Leyes Nuevas no resolvieron el problema enteramente pero al menos significaron un primer intento.

Las conquistas pasaron a tener el irónico nombre de Pacificaciones, aunque el auge de los conquistadores ya había comenzado a desaparecer al no tener grandes civilizaciones a las que conquistar... los imperios Inca y Azteca ya eran parte de la Corona Española.