29 de mayo de 2008

Una alianza inquebrantable: indio-caballo.

Uno de los pocos cambios positivos que obtuvieron los indios al entrar en contacto con los conquistadores fue la relación que derivó entre el indio y el caballo. Tanto en la pampas argentinas como en los desiertos y praderas de EE.UU., las expediciones europeas dejaron diseminados gran cantidad de caballos y yeguas, con los cuales los indios forjaron una fuerte alianza.

Con los caballos, los nativos expandieron su territorio y perfeccionaron la caza, además de robar ganado. Las actividades bélicas también mejoraron, tanto en el aspecto defensivo como en el ofensivo.

La profunda hermandad entre el animal y su jinete - solamente él podía montarlo - hizo creer a los colonos que los nativos habían hechizado mediante conjuros shamánicos a sus caballos. A diferencia de los españoles, ingleses y franceses - y posteriores ejércitos nacionales - el indio nunca maltrataba a su animal: por el contrario, sentía un profundo respeto por él.

Con el caballo, y la postrera asimilación de las armas de fuego, las tribus nómades de América fueron, de todos los habitantes nativos del continente, los que ofrecieron mayor resistencia al hombre blanco. Con una táctica de guerrilla y pequeños enfrentamientos, defendieron su libertad hasta bien entrado el siglo XIX.

Entre las numerosas tribus podemos mencionar a los Tehuelches, Tobas, Mocovíes y Pampas (Argentina) y a los Sioux, Apaches, Big Foot y Dakotas (EE.UU).