18 de junio de 2008

Dime qué dios te aqueja y te daré la cura.

Los ancianos físicos de los Chiapa - una de las etnias mayas - tenían un singular método de curación cuando no sabían qué mal aquejaba al paciente.

Tomando por la muñeca al enfermo para tomar su pulso, el físico mencionaba a todos los dioses - menores y mayores, buenos y malos - en los que los chiapa creían.

Esto servía para saber qué dios estaba acuciando al paciente, al que se le aceleraba el pulso al escuchar el nombre de la deidad en cuestión.

Además, este método era útil para dos cosas: primero para saber qué tipo de sacrificio ofrecer a ese dios y así persuadirlo de abandonar el mal que le hacía al enfermo. Segundo, luego de los sacrificios pertinentes, también sabría qué medicinas administrar para sanar los daños que la deidad podría haberle causado. Un método no muy científico, no?

Fuente: Azteca (Gary Jennings).

16 de junio de 2008

El origen del nombre Escandinavia.

Pocos nombres de regiones en el mundo se deben a personajes mitológicos... y tal es el caso de Escandinavia. En la mitología germana antigua, en el día del juicio final (el Ragnarok) se enfrentarán los dioses - con Odín y Tor a la cabeza - contra Loki y la feroz raza de Gigantes. Entre las más variadas figuras de este último subgrupo, encontramos a Skadi, diosa del invierno y cazadora con arco.

Si bien su papel en la mitología nórdica no es uno de los más relevantes, Skadi era hija del gigante Thiazi. Cuando este fue asesinado, su hija buscó venganza y marchó a Asgard, la residencia de los dioses. El dios de Asgard, a quien no le atraía enfrentarse a la diosa del invierno, la persuadió para que colocara los ojos de su padre como astros en el firmamento y para que tomara por esposo a alguno de los dioses. Sin embargo, en las Edas, también se la hace madre de muchos hijos de Odín.

Según los filólogos, en nórdico antiguo, la voz skaði podría significar "daño" o también tener una acepción cercana a "señora del infierno". La personificación del invierno en la figura de Skadi, la llevó a bautizar a las frías tierras del norte europeo con el nombre de Escandinavia.