22 de febrero de 2010

Nombres de Europa (parte 2).

Varias teorías encierra el nombre de Lisboa, la actual capital portuguesa. Allis Ubbo habría sido su nombre fenicio. Sin embargo, hay quienes ven en el nombre la raíz Olissipo, derivado de Ulises, quien habría fundado esa ciudad tras huir de Troya.

El nombre de la capital rusa, Moscú, provendría del río Moskvá, que la atraviesa a lo largo. Pero hay teorías que afirman un origen finés en el nombre. La palabra derivaría de otra más antigua, que significaba "oscuro" o "turbio.

Dubh Linn, o "laguna negra" en lengua hiberno-normanda, sería el origen por el cual la capital irlandesa sería Dublín. Con el paso del tiempo, los normandos la habrían llamado Develyn o Dublin. La laguna era producto del estancamiento de los ríos Poddle y Liffey al encontrarse. Hoy en día, esta laguna ha desaparecido por la expansión citadina.

Según una leyenda de la laponia, Wars era el nombre de un pescador, casado con una sirena de nombre Sawa. Eso habría derivado en el actual vocablo que da nombre a la capital de Polonia, Varsovia o Warszewa, que habría sido fundada por orden de aquella sirena mitológica.

Los celtas, en su paso desde el Cáucaso hacia las islas, dejaron grandes improntas en toda Europa. Beann y benn - además de sus derivados - significa "pico", "colina" o "cima". De esa palabra deriva el sonido romano Vindobona, que luego fue mutando hasta convertirse en Viena, la capital de Austria.

La ciudad catalana de Barcelona también tiene en el latín la raíz de su nombre. Barcino era el nombre de la ciudad en tiempos de los romanos...

Interesante, no?