12 de septiembre de 2008

¿Quién descubrió el Grial, Galahad o Perceval?

En años anteriores he leído casi toda la literatura artúrica, es decir, las historias medievales (algunas ficticias, otras no tanto, pero todas basadas en el mito real de un jefe britano) referidas al Rey Arturo.

Hacia el final de todas las novelas, los caballeros parten de Camelot para emprender la búsqueda del Santo Grial, la copa de Cristo. Muchos personajes fracasarán en esta empresa por los pecados cometidos. Entre ellos, Lancelot del Lago y Gawain, el sobrino del Rey. Sólo un caballero accederá al Grial y a sus secretos, aunque morirá extasiado en la contemplación. Pero este personaje no es el mismo, sino que difiere según la procedencia de la novela.

En el ciclo francés -inaugurado por Chrétien de Troyes con su novela El Cuento del Grial de 1180- es el caballero Sir Perceval (Percival, Peredur) quien termina la aventura, salva al Rey Pescador y muere sosteniendo la copa sagrada. Este personaje era galés (Perceval le galois) y había accedido a la corte de Arturo por accidente; muchos al principio lo llamaban el Caballero Tonto.

En la novela Parzival (c. 1220) de Wolfram von Eschenbach, es también el mismo caballero quien termina la búsqueda del Grial. Esta novela fue inspirada en la de Chrétien e inmortalizada en la ópera de Richard Wagner, Parsifal. Sin embargo, Wagner le quitó todo el marco referido al mundo artúrico.

Pero en el ciclo inglés de la Vulgata, de 1230, su autor Gautier Map relata otra cosa. Los únicos caballeros que acceden al Grial son Bors, Perceval y Galahad, el hijo de Lancelot, el mejor caballero del mundo. Esto lo repite Thomas Malory en su compendio La muerte de Arturo, de 1485.

Los tres arrivan al castillo del Grial, aunque es Galahad el único en acceder a la visión divina. Posterior a esto, él y Perceval mueren. Sir Bors, en cambio, vuelve a Camelot, relatando lo ocurrido.

10 de septiembre de 2008

Oasisamérica y Aridoamérica.

Sabemos muy bien a qué culturas o civilizaciones se refieren los términos Mesoamérica y Altiplano Andino. El primero, a las establecidas en el valle de México y América Central (mayas, aztecas, teotihuacanos, toltecas, olmecas, etc.); el segundo, a las ubicadas en la región de los Andes, desde Perú hasta Argentina y Bolivia (incas, aymarás, tiahuanacos, paracas, nazcas, etc.). Pero hay otros dos términos que son utilizados para definir a otras dos regiones al norte de Mesoamérica.

El primero es Aridoamérica, región que nunca llegó a constituir un todo cultural, como sí lo hizo Mesoamérica. Los aislados pueblos que la habitaban no establecieron mucho contacto entre sí. En el noreste de México, en la Sierra de Tamaulipas, los investigadores y arqueólogos dieron con formas de agricultura muy antiguas, consideradas como las más antiguas del continente americano.

La etnia más conocida por estas tierras del norte era la Chichimeca. Los aztecas los denominaban así, queriendo decir "gente perro", en forma despectiva, debido a sus costumbres y lenguas rudimentarias.

La segunda región - más al norte todavía que la anterior - es Oasisamérica. Abarca parte de EE.UU. y norte de México, y en grandes extensiones, ambas áreas se superponen. Estos pueblos eran cazadores y recolectores, aunque también desarrollaron actividades agrícolas. Las culturas más importantes de este sector eran la Anasazi, la Hokoham y la Mogollón, aunque la más estudiada es, sin lugar a dudas, la primera.

La existencia de grandes yacimientos de piedra turquesa, muy apreciada por las civilizaciones mesoamericanas, hizo posible el contacto entre los pueblos de ambas regiones.

Fuentes: Atlas histórico de América - Los Anasazi (Jerry J. Brody) - Wikipedia.

7 de septiembre de 2008

IT´s: intraterrestres.

Mucha literatura fantástica se ha escrito acerca de civilizaciones subterráneas, debajo del manto terrestre. Todos recordamos el Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne o a los morlocks de Herbert Wells, en su obra La Máquina del Tiempo. Pero en muchas civilizaciones se hacen presentes mitos y relatos acerca de pobladores y ciudades intraterrestres, poseedoras de grandes tesoros y avances científicos. Como toda teoría poco demostrada, hay quienes apoyan esto y quienes detractan completamente.

Agartha es quizás el mito más conocido. Este sería un reino compuesto por muchas galerías subterráneas y su capital, Shambala, estaría justo debajo del desierto de Gobi, en Mongolia, con conexiones hasta el mismísimo Mato Grosso, en Brasil.

Se han rastreado mitos de reinos subterráneos entre los mayas y otros pueblos americanos. Por ejemplo, hay quienes afirman que la ciudad perdida de los incas - la mítica Paititi - nunca fue encontrada justamente por eso: por ser subterránea.

Un papel muy importante en las teorías que intentan explicar el origen de estos habitantes lo juegan los continentes perdidos de la Atlántida, Lemuria y Mu. Al sucumbir bajo las olas todas estas tierras, algunos de sus habitantes habrían huído a cuevas que, aunque sumergidas, habrían servido como cámaras de oxígeno para continuar viviendo y desarrollándose.

Muchísimas teorías esotéricas y new age afirman que los intraterrestres son en verdad extraterrestres venidos hace miles de años, y los ufólogos sostienen que debajo del cerro Uritorco, en Córdoba, Argentina, existe la ciudad alienígena de Erks.

Estas teorías y relatos resultan fascinantes para cualquiera que acceda a ellas. Pero como muchos otros temas carecen de investigaciones y justificativos empíricos, y muchas veces, son etiquetadas de fabulosas y charlatanería.