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26 de mayo de 2009

Dónde se hallaba Bucefalia?

Es célebremente conocida la fundación, por parte del gran Alejandro Magno, de una ciudad en honor a su caballo Bucéfalo. La misma se llamó Alejandría Bucéfala, o simplemente Bucefalia. Cuando el animal murió - ya sea en la batalla de Hysdaspes o por causas naturales - su dueño fundó la ciudad cerca de su tumba. Esa fue la última batalla del macedonio, librada en el 326 aC. contra el rey indio Poros.

El lugar de su ubicación se desconoce, ya que nada queda del emplazamiento. La ciudad habría vivido casi 100 años. Aún así, resulta imposible para los arqueólogos dar con el lugar exacto de la ciudad: no sólo se carece de vestigios, sino que también los diferentes movimientos de los ríos podrían haber removido los pocos que podrían haber existido.


Según crónicas de la época, Bucefalia se encontraba más allá de la cadena montañosa del Hindú Kush, y al sur de los Himalayas, allende el río Indo, en los actuales territorios de la India o Pakistán.

Sin embargo, se han hallado monedas griegas en la zona cercana a las ciudades de Jhelum y Haranpur. Incluso, en un itinerario de religiosos budistas, se mencionan dos ciudades llamadas Bhadrasva y Adirajya, Ciudad del Caballo y Ciudad del Rey, respectivamente.

Fuente: Wikipedia.

21 de diciembre de 2007

El Partenón, víctima de los avatares de la historia.

El fabuloso Partenón de la Acrópolis de Atenas fue dedicado a la diosa Atenea Partenos. Construído entre los años 447 y 432 aC., es considerado una de las obras arquitectónicas más bellas del mundo. Así y todo, a lo largo de la historia se vio envuelto en contiendas y ataques por parte de los invasores de turno, que lo llevaron casi a su destrucción.

En el siglo V dC. durante el Imperio Bizantino, se le realizó modificaciones internas de tal manera que el interior del Partenón ya no fue el mismo. También el techo sufrió numerosos cambios con respecto al original.

Hacia el año 1208, los duques francos instalados en el lugar añadieron un campanario junto a su entrada occidental, y lo transformaron en una iglesia católica.

Bajo la dominación turca, doscientos cincuenta años después - hacia 1458 - al Partenón se le agregó una mezquita. Pero lo peor llegaría en el año 1687, cuando en la guerra entre los turcos y la república marítima de Venecia, un proyectil de los venecianos dió en medio de la mezquita. El problema fue que ése era el lugar en el que los turcos almacenaban pólvora, lo que provocó el derrumbe de catorce columnas, además de la total destrucción del interior y daños en las esculturas de toda la estructura.

Y como si fuera poco, hacia fines del siglo XIX, el embajador británico en Constantinopla, lord Elgin, trasladó buena parte de las esculturas del Partenón a Inglaterra. Allí las vendió al Museo Británico, donde todavía reposan y conforman una de las atracciones principales del museo. Y así es como hoy en día Grecia reclama - con justo derecho - la devolución total de su patrimonio cultural.

25 de noviembre de 2007

Occidente no sería el mismo.

Si el resultado de las guerras médicas hubiera sido otro, posiblemente Europa y el mundo occidental no serían lo que son en el presente. Tal es la teoría que mantienen muchos historiadores al respecto.

Entre el 499 y el 494 aC. se produjo la rebelión de las colonias griegas de Asia Menor hacia el pueblo de los medos, emparentados con los persas. Cuando dicha revuelta fue aplacada, el rey persa Darío I decidió castigar a las ciudades de Grecia por haber prestado ayuda a las colonias. Así, se enfrentaron en el 490 en Maratón, donde los persas doblaban en número al ejército de hoplitas griegos. Sin embargo, en la batalla los griegos repelieron con éxito al invasor, logrando una victoria aplastante.

Pero diez años después, la venganza persa estaba lista. Comandados por Jerjes, el hijo de Darío, el ejército persa constaba - aproximadamente - con trescientos mil efectivos y una inmensa flota. Temerosos de esto, algunas ciudades-estado griegas, se sometieron al invasor.

No así los espartanos, que se ubicaron en la primer línea de defensa: el paso de las Termópilas, estrecho paso obligado para acceder al corazón de Grecia. Inmortalizada en la película 300, la batalla de las Termópilas se decidió en favor de los persas. Sin embargo los espartanos - capitaneados por Leónidas - a lo largo de tres días, provocaron miles de bajas en el ejército asiático.

Ese mismo año (480 aC.) los ejércitos griegos vencieron a la flota naval de Jerjes en la batalla de Salamina. Y al año siguiente, lo mismo ocurrió en la llanura de Platea, donde los griegos comandados por el espartano Pausanias, aniquilaron a las huestes persas que se retiraron definitivamente. Cincuenta años después, el poderío logrado por Atenas y Esparta los llevaría al enfrentamineto en la Guerra del Peloponeso, donde triunfaría Esparta.

Las batallas de Maratón, Termópilas, Salamina y Platea quedaron grabadas en la historia como sinónimo del triunfo de la libertad contra la opresión. Sin ese resultado, con el Imperio Persa ingresando a Europa, posiblemente la cultura occidental sería otra.


Fuentes: revista Historia National Geographic - número 24.