23 de junio de 2010

De piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros.

Desde tiempos inmemoriales han existido actividades marítimas de saqueo y robo, pero fue hacia el siglo XVII cuando esta "disciplina" llegó a su apogeo y auge: no sólo se quedaban con la carga, sino también se traficaba con personas y muchas veces se robaba la mismísima nave atacada.

Esto se ha dado en llamar piratería, aunque muchas veces llegan a nuestros oídos los términos de bucanero, filibustero y corsario. Son utilizadas como sinónimos, pero existen varias diferencias a tener en cuenta.

Los piratas eran ladrones que no pretendían pertenecer a ninguna bandera, sino que realizaban sus actividades pura y exclusivamente para su goce personal (y el de sus hombres, por supuesto). Aquí surge la primera diferencia con los corsarios, navegantes que se dedicaban a la piratería, pero bajo un permiso concedido por el gobierno de una nación. Ese permiso era llamado patente de corso, y de ahí su nombre. Con el corso en su poder, saqueaban las flotas pertenecientes a los países rivales del gobierno al cual pertenecían, obteniendo así grandes riquezas de sus respectivas coronas.

El bucán era una especie de parrilla en la cual la gente nativa de las Antillas ahumaba la carne. Bucanero pasó a llamarse a los ladrones de ganado que se dedicaban a ahumar las carnes de esos animales y que luego, vendían ilícitamente a las naves que surcaban el mar Caribe.

Pero muchos afirman que los peores y más sanguinarios eran los filibusteros. Esa palabra deriva del holandés vrijbuiter, del francés flibustier y del inglés fly boat, palabras que se referían a los veleros rápidos en los cuales aquellos realizaban sus peripecias. Valiéndose de esas embarcaciones rápidas y fuertes, saqueaban barcos, naves pequeñas y atacaban las ciudades costeras de todo el mar Caribe.

En el océano Atlántico se encuentra la Isla de La Tortuga, llamada así por Cristóbal Colón. Se ubica al noroeste de Haití y allí, hacia el siglo XVII, funcionó una especie de cooperativa de la piratería, algo así como un sindicato, en donde los piratas, bucaneros y filibusteros obtenían protección y hasta asistencia médica en caso de resultar heridos en algunos de sus quehaceres náuticos.