11 de junio de 2008

Arqueología y ciencia Nazi.

Como forma de legitimar su presente y glorificarlo, el régimen Nazi moldeó a su gusto el pasado - no sólo de Alemania - sino también de toda la humanidad. Para ello se creó la Deutsches Ahnenerbe, el departamento para el estudio de la Herencia Ancestral Alemana, instituída por Heinrich Himmler en 1935. De esta manera, la idea de una raza aria superior fundadora de la humanidad tendría base científica, además de un correlato arqueológico totalmente comprobable.

Lo curioso es cómo todo el cuerpo científico que conformó a la Deutsches Ahnenerbe fue capaz de reescribir la historia con mentiras, en pos de afirmar algo totalmente ficticio y hasta delirante: según ellos incas, romanos, griegos y demás etnias, son descendientes directos de esta raza superior.

Se realizaron viajes a distintas partes del mundo buscando pruebas que sostuvieran este concepto de superioridad racial. En uno de ellos, en el Tíbet, se analizaron más de 500 cráneos, pero luego la guerra estalló y un viaje planeado a Bolivia y otro a Persia se vieron truncados.

Influenciados por el uso de la svástica hinduista como marca del partido Nacionalsocialista y por los estudios esotéricos de madame Blavatsky, y como los estudios realizados nunca fueron demostrados por la arqueología nazi, la Ahnenerbe afirmó que los arios provenían de una civilización cuyos vestigios yacían en el fondo oceánico: los habitantes de la Atlántida.

Pero su accionar lamentablemente no quedó en la teoría: realizaron experimentos y análisis en prisioneros en el Instituo Anatómico de Estrasburgo. Hasta que en 1946 se la declaró organización criminal, llevando a su disolución.

Fuente: El Plan Maestro (Heather Pringle).