29 de septiembre de 2007

El esplendor rupestre de Altamira.

"Papá mira, ¡toros pintados!". Ese fue el grito que oyó Marcelino Sanz de Sautuola, de boca de su hija María. En el verano de 1879, el aficionado arqueólogo buscaba vestigios prehistóricos en la cueva de Altamira, al norte de España. Lo que sería un bisonte, aparecía sobre las paredes y techos junto a 25 animales, plasmados con pinturas pigmentadas naturalmente en tonos rojo, marrón, amarillo y negro.

Estas pinturas fueron confeccionadas en la Edad de Piedra unos 13.000 años atrás. Sin embargo muchos estudiosos rechazaron que las pinturas dataran de ese período. Nunca se había descubierto nada semejante y parecía imposible que los hombres de aquella Edad hubieran creado tales ilustraciones.

Cuando se descubrieron más pinturas rupestres (como las de la gruta de Aurignac - en Francia, o las de la cueva de la Laja Alta - en España) Altamira fue reconocida como una de las cuevas con pinturas rupestres más importantes.

En sí, la cueva es una larga caverna que penetra unos 100 metros, con trayectos para realizar sólo en cuclillas. Desde su entrada, los muros están decorados no sólo con animales sino también con símbolos abstractos y enigmáticos. Particularmente en la Galería de las Pinturas (donde María observó por primera vez a los "toros") se puede ver una composición con bisontes, caballos, jabalíes, ciervos y hasta un lobo, que según los estudiosos describe una típica escena de caza.

Los artistas originales utilizaron las ondulaciones de los muros de piedra como parte de la composición de los animales, lo que le da a las figuras una tercera dimensión sumamente interesante. Se considera que las pinturas de Altamira tuvieron un fin ritual o ceremonial como forma de atrapar a los animales invocándolos por medio de la representación gráfica.

Cualquiera que fuese el significado para sus creadores, el arte rupestre de Altamira ha perdurado a través de los años como muestra de la capacidad artística del hombre antiguo.

27 de septiembre de 2007

Origen de la frase "más viejo que Matusalén".

La frase del título de este post, como ya sabemos, se utiliza para referirnos a algo (o alguien) cuya edad está por demás avanzada. Lo que quizás no sepamos es que Matusalén ha existido realmente, siendo la persona más anciana de las que se mencionan en la Biblia: se le atribuyen 969 años. Matusalén fue el abuelo de Noé, y según el Antiguo Testamento, murió el año del Gran Diluvio.

Sin embargo, las edades extraordinarias de los personajes bíblicos son, según investigaciones, errores al traducir el libro santo: una forma de determinar las edades en la Biblia es a través de ciclos lunares. Entonces, en el caso particular de Matusalén son 969 ciclos lunares, por lo que ese número en realidad es, aproximadamente, 13.5 veces menor.

De esta manera, dividiendo 969 por 13.5 obtendríamos una edad de 72 años. En aquella época remota, la esperanza de vida era bastante menor a la actual, por lo que una persona que viviera 72 años, era realmente inusual. De ahí la expresión "más viejo que Matusalén".

En la Argentina (desconozco en el resto de Sudamérica) existe la expresión "... del año del ñaupa", referida también a algún hecho sucedido muchos años atrás.

La voz ñaupa o ñawpa probablemente provenga del quechua, lengua hablada por los incas y sus descendientes y su significado sería antaño o antiguo. En Chile, se utiliza la deformación ñauca.

26 de septiembre de 2007

Massada, orgullo del pueblo judío.

El enorme peñasco que alberga la fortaleza de Massada se alza 450 metros sobre el nivel del mar Muerto, en el desierto de Judea, Israel. Tiene forma de rombo, con una longitud de 600 por 200 metros, y contaba con una verdadera obra hidráulica: doce cisternas de hasta 4.000 metros cúbicos que se llenaban de agua gracias a una red de acueductos. Desde el 2001, es parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

El lugar es un claro ejemplo de cómo la geografía incidió, al menos durante un tiempo, en el desarrollo de la historia: en este caso, en el marco de las Guerras Judeo-Romana. Allí mismo, Herodes se hizo fuerte entre el 37 y 31 aC. ante la amenaza de la política expansionista de la reina Cleopatra VII de Egipto, amparada por Marco Antonio. Para ello, Herodes fortificó la ciudad y construyó una muralla alrededor.

En el año 66 dC. estalló la Primera Guerra Judeo-Romana, debido a las tensiones religiosas entre judíos y griegos; esto llevó a la posterior sublevación del pueblo judío para expulsar a los romanos, siendo el líder Eleazar ben Yair, con un grupo rebelde, quien atacó y dio muerte a la guarnición romana.

Así, en el año 70 dC. llegó a Massada un grupo de sicarios y zelotes con sus familias, expulsados de Jerusalém por Tito. Dos años más tarde, Lucio Flavio Silva, el gobernador romano de Judea, marchó hacia la fortaleza con un ejército de 15.000 efectivos para asediar el lugar.

Habiendo construído una gigantesca rampa, siete meses después de comenzado el sitiado, la victoria romana era un hecho consumado. Ante esto, y antes de ser tomados como prisioneros y esclavos por los romanos, los judíos decidieron darse muerte. Como el suicidio era prohibido por las leyes del Judaísmo, los hombres mataron a sus familias y luego nombraron a diez de ellos para matar al resto de los guerreros. Finalmente, entre estos diez eligieron a uno nuevo, que acabó con la vida de los otros e incendió la fortaleza.

Cuando los romanos entraron, sólo encontraron con vida a dos mujeres y cinco niños, que relataron el discurso de Eleazar al historiador romano-judío Flavio Josefo.

Hasta el siglo V, Massada permaneció deshabitada, tiempo en el cual sirvió de asilo a una comunidad de monjes bizantinos, que llegó a su fin durante la Conquista Arabe.

24 de septiembre de 2007

El héroe durmiente.

Al norte de la ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca, se alza el castillo de Kronborg, en la ciudad portuaria de Elsinor (Helsingør). Comenzada hacia el año 1574, es uno de los tres monumentos dinamarqueses declarados como Patrimonio de la Humanidad.

La fama de este castillo está íntimamente relacionada con un héroe legendario del folklore local: dentro de una caverna, debajo del suelo que ocupa el castillo, duerme Holger el Danés, uno de los doce paladines de Carlomagno, Emperador de Occidente durante el período comprendido entre los años 742 y 814.

Al igual que el Rey Arturo, Holger es un héroe que permanecerá dormido hasta que un gran peligro aceche su patria, momento en el cual despertará para así defenderla. Según el mito, Holger el Danés vivió 200 años con el Hada Morgana, hermana de Arturo, en la isla de Avalón, tumba de éste último.

En la literatura, el palacio de Elsinor, con su atmósfera oscura y mítica, sirvió de marco para el Hamlet de William Shakespeare.

23 de septiembre de 2007

Las líneas de Inglaterra.

Como Nazca, Inglaterra también tiene un suelo tallado por diferentes y complejas figuras cuyo origen es un tanto incierto y misterioso.

La mayor y mejor conservada de las figuras la podemos encontrar en una ladera cerca del pueblo de Cerne Abbas, condado de Dorset. De 55 metros de largo, la figura muestra a un guerrero pagano blandiendo una enorme masa como arma. Según la tradición popular, representa a un gigante que asolaba la zona. En un momento, el gigante se echó a dormir sobre esa ladera y los habitantes le dieron muerte. Para recordar este hecho, tallaron la figura en el mismo lugar.

Lo más probable es que se trate de una imagen que simboliza al hombre fértil debido al falo erecto que presenta dicha figura: durante la Edad de Hierro, en el lugar se celebraba la festividad del 1 de mayo, relacionada con la fertilidad. Sin embargo, hay quienes afirman que la figura es producto de una extravagancia tallada entre los años 1641 y 1666, aunque sería más probable que en esos años se halla realizado la restauración del Gigante de Cerne Abbas.

Otra enigmática figura es el Caballo Blanco de Uffington en Oxfordshire, que supone un auténtico misterio. Tiene una longitud de 111 metros desde la cola a la cabeza y fue realizada por los celtas en la Edad de Hierro.

Según la tradición local, la figura no es un caballo sino un dragón. Cerca de él se alza la colina donde se dice que San Jorge mató al dragón, y en cuya cima no crece la hierba por ser el lugar donde se derramó la sangre de la bestia. No parecería descabellado que la figura conmemorace el triunfo del santo.

El Caballo Blanco de Westbury, en Wiltshire, también tiene un origen incierto. Restaurada en 1778, se desconoce la edad de la figura original. Según algunos también fue obra de los celtas; según otros fue modelada en conmemoracion de la victoria del rey Alfredo sobre los daneses en el año 878.

Sin embargo, éstos son sólo los trazos más conocidos de todos los que abundan en tierras inglesas, habiendo perdurado para fascinación de todos.