29 de julio de 2008

Masacres indígenas en Argentina.

Uno de los tantos tristes capítulos de la historia argentina lo conforman las Masacres institucionalizadas de aborígenes nativos. Estas se dieron a partir de la segunda mitad del siglo XIX, y hasta bien entrado el siguiente, en pos de anexar territorios a la República.

Sin lugar a dudas, la más grande empresa para este fin fue la Conquista del Desierto, comandada por Julio Argentino Roca, Ministro de Guerra de Nicolás Avellaneda y posterior presidente del país. En aquellos años, los mapuches y tehuelches habitaban la Patagonia y llevaban a cabo continuos ataques a las estancias del lugar.

Roca conquistó el territorio de la Patagonia, quebrando y desplazando a la resistencia Mapuche y matando a más de mil individuos. Además, fueron tomados prisioneros y enviados a Buenos Aires casi 3.000 indios, de todas las edades y sexos, para ser vendidos como servicio doméstico o bien recluídos. Hay quienes justifican esta acción diciendo que esos territorios - de no ser anexados por el gobierno nacional - habrían sido tomados por Chile, que había resultado victorioso de la guerra con la Confederación Perú-Boliviana.










Pero la Conquista del Desierto fue sólo el comienzo de una
serie de masacres y genocidios que sufrieron los nativos de la Argentina. A continuación, algunas de las menos conocidas:
- Envenenamiento de Springhill (1903): En la playa de Springhill, Tierra del Fuego, murieron 500 onas que habían ingerido carne de ballena, previamente envenenada.
- Matanza de la playa Santo Domingo (1905): También en Tierra del Fuego, una tribu ona de 300 individuos fue asesinada - niños incluídos - luego de ser invitados a un banquete, con la ilusión de un acuerdo de paz.
- Masacre de Napalpí (1924): En la provincia del Chaco, 200 tobas se rebelaron contra varios estancieros por malos salarios en pago a sus servicios. La policía reprimió y asesinó a todos.
- Masacre de Rincón Bomba (1947): Aproximadamente 500 aborígenes de la etnia pilagá, murieron bajo las balas de las ametralladoras de Gendarmería Nacional, en la provincia norteña de Formosa.

Triste... no?

4 comentarios:

Jorge dijo...

La existencia de indígenas en extensas regiones de lo que era una nación en desarrollo mirando a Europa era no sólo peligrosa sino vergonzante. Los indios (así como los gauchos) eran una mancha inadmisible en la "civilización". Quedaban dos caminos: o se los educaba para que fueran socialmente útiles o se los hacía desaparecer. El primero era largo (generaciones) y difícil. Se eligió el otro.

Felicitaciones por tus artículos. Hacen reflexionar.

Saludos

niklaüss dijo...

Gracias Jorge, es cierto lo que decís, pero se eligió el camino más corto y fácil...

Carlos dijo...

Hola, coincido con Jorge, pero estoy convencido que incluso el primero de los caminos supone algo terrible, que es la privación de la identidad cultural, algo así como convertirlos en "aceptables socialmente". Muy bueno el artículo, un abrazo.

viagra online dijo...

Bueno no solamente en argentina sino en toda america por parte de los invasores europeos que vinieron a corrompernos, nos huviesen dejado vivir como indigenas la vida seria mucho mas tranquila y relajante de lo que es ahora.