Las tradiciones y relatos están llenas de premoniciones y sueños proféticos. Pocas veces pueden ser probados de manera fehaciente, aunque no por eso carecen de valor histórico. Así como el nacimiento de una cultura o civilización muchas veces tiene un carácter simbólico y "poco real", lo mismo pasa cuando éstas llegan a su fin.
Tal es el caso del final de los Aztecas. Según sus relatos, diez años antes del encuentro con los conquistadores españoles se sucedieron varias señales premonitorias, hasta llegar al secuestro de Moctezuma (castellanización del nahuátl Motecuhzoma), el Uei Tlatoani mexica.
Una de las primeras "señales" fue la aparición de un cometa (o meteorito, aunque no hay certeza de qué clase de cuerpo se trataba) en el cielo. Este fue interpretado como una gran bola de fuego con cola que se dirigía al centro de Tenochtitlán, la capital mexica.
Tiempo después, el templo del gran dios Huitzilopochtli se incendió. Esa figura era el poderoso dios de la guerra. Tratándose de una sociedad guerrera como la azteca, y sumado a la bola de fuego en el cielo, el terror se hizo presente. También la capital sufrió una gran inundación que abnegó practicamente toda la ciudad. Afirmaban que Tláloc, el dios de la lluvia, los había castigado.
Según las crónicas recopiladas por los españoles, los aztecas habían recibido noticias procedentes de las tierras mayas del sur, que afirmaban la presencia en las costas de casas flotantes de las que asomaban cabezas de metal (obviamente barcos con tripulantes dentro). Del interior salían bestias monstruosas nunca antes vistas, que se separaban en dos: en un hombre y en otra bestia más pequeña que la anterior pero igual de temible, luego conocida como caballo.
El triste principio del fin había comenzado.
14 de abril de 2008
Las señales del ocaso azteca.
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1 comentario:
Yo he estado algunas veces en las ruinas aztecas me parece que estas creencias que ellos tienen son de lo mas interesantes, me gustaría aprender mas a cerda de esto!
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