Los bloques de piedra granítica que conforman los antiguos muros incas son célebres por varias razones. Han sido trabajados a mano, sin herramientas de hierro, y sin embargo su ensamblaje es perfecto. Tampoco han sido unidos con ningún tipo de mezcla o amalgama ya que las caras que se tocan son idénticas.
Pero también, observando el tipo de acabado exterior del muro, podemos diferenciar y saber qué tipo de edificación formaban esos bloques.
A pesar de encastrar a la perfección, si las piedras tenían una terminación rústica, formaban los muros de las viviendas de las clases más bajas, como así también de collcas, depósitos, cárceles y fortalezas. Estos se pueden ver, entre muchos otros lugares, en los sectores de graneros en Ollantaytambo y en las fortalezas de Sacsayhuamán y Puca Pucará, en Cusco.
En cambio, si el acabado de dichos bloques era más bien liso y prolijo, se trataba de las viviendas y habitáculos de los sacerdotes y emperadores. También esto es admirable tanto en Machu Picchu, como en Pisac, en el Valle Sagrado. En Cusco, los ejemplos más claros son Tambomachay y el palacio real Qoricancha, que además estaba revestido de láminas de oro.
Por último, el mejor acabado era el que mostraba un efecto como de acolchado que era destinado a las construcciones sagradas como templos y sectores de adoración. El Torreón o Templo del Sol, en Machu Picchu, tiene una terminación de este tipo.
3 de mayo de 2008
Los muros incas dicen mucho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
maravilloso, fueron construidos hace mucho tiempo y todavia ocultan
sus misterios. Muy buenas fotos
Saludos
Niko: ¡Qué buen artículo! Original, interesántísimo (como siempre) y con muy buenas fotos. Saludos.
Gracias gente. Sí, son increíbles los diferentes secretos que estas obras encierran.
Gracias!
Publicar un comentario