2 de agosto de 2007

El número 7.
Este es un número muy presente en diferentes culturas y siempre estuvo asociado a lo mágico y esotérico. Existe una larga lista de concurrencias asociada al siete, a saber: los días de la semana son siete; es el número perfecto en la Biblia; en el Islám los cielos son siete; según la tradición los gatos tienen siete vidas; siete eran los sabios de la Grecia clásica y también las maravillas del mundo antiguo; en el hinduísmo, los chakras del cuerpo humano conforman ese número...

En el cristianismo, el siete es el número perfecto y se hace presente a lo largo de muchos puntos de su doctrina. Los pecados capitales son siete como así sus respectivas contrapartes, las virtudes teologales: soberbia - humildad, avaricia - largueza, lujuria - castidad, ira - paciencia, gula - templanza, envidia - caridad y pereza - diligencia.

También en la religión cristiana son siete los sacramentos. Las peticiones en el Padre Nuestro... como habremos adivinado, también llegan a siete! Como así también son los sellos que se abren en el Libro del Apocalipsis: esto desata la ira de Dios, que envía siete ángeles tocando siete trompetas para desatar siete plagas sobre los injustos.

En el medioevo se asoció el número siete a la suerte: de ahí la tradición de otorgarle al gato ese número de vidas. También para la misma época, fue el número cabalístico de la luz.

Los antiguos astrónomos observaban que las estrellas no cambiaban su posición, excepto siete cuerpos celestes que sí lo hacían: el Sol (al creer que el mundo era el centro del universo, el astro rey parecía moverse), la Luna, y los planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Así, dieron el nombre a los siete días de la semana.

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