Las infames acusaciones a los Templarios incluían actos esotéricos, herejía, homosexualidad, idolatría a ídolos paganos, prácticas obscenas... El veredicto de la iglesia fue la supresión de la orden, además del castigo a sus miembros.
Sin embargo en el Pergamino de Chinon (del 17 y 20 de agosto de 1308) podemos encontrar la absolución del papa Clemente V al último Gran Maestre Jacques de Molay y a los demás miembros de la orden del Temple. Por medio de este documento, se los integraba a la comunidad católica, previo acto de penitencia y perdón requerido.
En la primera parte del juicio, Clemente V - y también la mayoría - consideraba posible la supervivencia de la Orden. Pero hacia el final del Concilio General de Vienne el papa cedió ante las presiones del rey francés Felipe IV, quien instaló toda la parafernalia de las acusaciones y el juicio para agrandar las flacas arcas de su reino.
Con la bula Vox in Excelso del 22 de marzo de 1312, la orden fue final y tristemente suprimida, llevando a la hoguera a su Gran Maestre. A partir de esto, muchas leyendas y mitos se tejieron... pero eso será parte de otro post.
14 de febrero de 2008
Los templarios tuvieron su perdón...
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2 comentarios:
Niklaüss: Excelente artículo!, Aimery de Villiers escribió en 1310 un preciso detalle de la quema de cincuenta y cuatro "hermanos de la Orden" que no habían querido confesar los "pecados" y aseguraba que aquellos que se salvaron, si se lo pedían, estaban dispuestos a reconocer haber matado a Jesucristo.
Saludo cordial.
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